EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ…
Por Ramón Durón Ruiz
Amablemente, “El Politisaurio” me envió un excelente correo en el que me recuerda que “el pasado 22 de junio, se celebró a Santo Tomás Moro, el santo de los políticos.
Hubo en Inglaterra un rey déspota, Enrique VIII…Su brazo derecho y favorito era Tomás Moro, hábil diplomático y hombre de letras multifacético.
La vida pública discurría con relativa tranquilidad, hasta que el monarca anunció su deseo de anular su matrimonio con Catalina de Aragón, debido a que sólo habían procreado una hija y él ansiaba un varón que lo sucediera.
Además, sólo así estaría libre para casarse con Ana Bolena –una cortesana veinteañera con la que se había encaprichado–, de modo que los hijos que engendraran fueran legítimos herederos al trono.
A pesar de las reiteradas gestiones, la Santa Sede se negó a anular el matrimonio religioso, el rey inglés rompió las relaciones diplomáticas…Tomás Moro –a quien su elevado cargo como Lord Canciller le obligaba a seguir de cerca el asunto– prefirió renunciar a su trabajo, porque estaba en desacuerdo con el proceder del soberano déspota, a quien el escándalo le dio igual y se casó con su damisela.
Luego de la boda, Enrique VIII manipuló al parlamento para modificar algunas leyes y crear otras con el propósito de legitimar su nuevo matrimonio…En consecuencia, la Iglesia Católica lo excomulgó y el monarca creó una religión en donde se permitía el divorcio…Después exigió a sus súbditos juramentar su supremacía como autoridad eclesiástica del país…Tomás Moro se negó a prestar tal juramento, lo cual enfureció al rey, lo encarceló en la Torre de Londres por alta traición y lo decapitó en 1535.
Desde Sócrates, no se había vuelto a ver tal lealtad a la propia conciencia, frente a un poder político injusto del que se hubiera podido sustraer fácilmente, habría bastado con desdecirse y jurar lo que el rey quería…Pero prefirió no intercambiar sus convicciones por su vida.
La Iglesia Católica hizo santo a Tomás Moro, 400 años después de su muerte…En el año 2000, el Papa Juan Pablo II lo nombró patrón de los políticos y de los gobernantes, por ser modelo de integridad y coherencia entre los valores, ideales y el ejercicio de las funciones públicas.”
La oración que rezaba Tomás Moro estando preso en el Torreón en Londres, cautivante: “Señor, dame una buena digestión y naturalmente alguna cosa que digerir…Dame la salud del cuerpo con el buen humor necesario para mantenerla…Dame un alma sana, Señor, que tenga siempre ante los ojos lo que es bueno y puro, de manera que frente al pecado no me escandalice, sino que sepa encontrar la forma de ponerle remedio…Dame un alma que no conozca el aburrimiento, los refunfuños, los suspiros y los lamentos y no permitas que me tome demasiado en serio esa cosa tan invasora que se llama ‘yo’…Dame el sentido del humor, dame el don de saber reír de un chiste, a fin de que sepa traer un poco de alegría a la vida y hacer partícipes a los otros…Amén.1
Lo del buen humor que se necesita para mantener la salud y de saber reír un chiste, me recuerda aquella mujer que envuelta en dos toallas, una en la cabeza y la otra en su cuerpo, sale de la regadera y dirigiéndose a su “viejo”, quien plácidamente miraba la TV, le dice: – Me siento una mujer fea…Mi pelo está quebrado y seco, tengo patas de gallo en los ojos, acentuadas arrugas en la cara, una papada impresionante, también un abultado abdomen, mucha celulitis en brazos y piernas, no tengo nalgas, tengo las piernas chuecas, luzco deteriorada y gorda...¡Viejooo, dime algo bueno!
El esposo, dejando de ver la televisión, voltea, la mira y le responde: –¡Pos de la vista andas a toda madre!
1.http://elsiglofuturo.blogspot.mx/2007/01/oracion-de-santo-tomas-moro.html
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