TANGENTE…
SUTSPET…
Por Oscar Díaz Salazar
En las oficinas del
gobierno de Tamaulipas es práctica común la venta de todo tipo de artículos y
la prestación de diferentes servicios.
Las tandas, esquema de
ahorro colectivo en el que la suerte decide el momento en que los participantes
reciben la aportación de todos los que integran ese grupo creado para el
propósito, son una práctica muy empleada en todas y cada una de las
dependencias públicas estatales.
Las cajas de ahorro fueron
los instrumentos creados por la burocracia para legalizar el agiotismo al que
se ven obligados a recurrir con frecuencia los asalariados del gobierno
estatal, para hacerle frente a los compromisos económicos y a los imprevistos
que se presentan antes del pago quincenal.
La venta de todo tipo de
artículos, en abonos, es la forma que han encontrado los trabajadores del
gobierno del estado para completar los magros ingresos que perciben en las
oficinas donde laboran.
En las dependencias
públicas se tolera la sustracción de artículos de oficina y papelería, para que
lo utilicen los hijos de los burócratas en la escuela y no lo perciben como
fraude o robo, más bien como una prestación que es producto de la costumbre,
más que de una ley.
El uso de los vehículos
oficiales, movidos con combustible pagado por los contribuyentes, se considera
una prestación más que se agrega al modesto salario que les pagan a los
burócratas del estado…y aquí me refiero a los carros que traen los burócratas
sindicalizados, pues los vehículos de lujo que traen los jefes, son otra
historia.
Como excepción, pues creo
que no es la regla, años atrás supe de una persona que ofertaba los servicios
amorosos de un grupo de “secretarias” muy eficientes y comprensivas a las que
podías elegir en un catalogo en el que mostraban su “currículo”
En algunas oficinas ocurre
que la paga que les limita el patrón (Papá gobierno) la suplen y complementan
con los ingresos por aplicar un descuento, acelerar un trámite, cobrar una
tarifa mejor, ampliar un horario o simplemente estampar el sello indispensable
para que algo ocurra o plasmar la antefirma para que algo no suceda…Las
oficinas fiscales son el mejor ejemplo de esto.
Aunque lo comprendo, me
parece denigrante que en las oficinas coloquen una ánfora y un rotulo para que
los usuarios o contribuyentes “cooperen” con los servidores públicos que
extienden una constancia, tramitan un documento u ofrecen un servicio.
La existencia de
tramitadores o “coyotes” en las oficinas del gobierno estatal es una prueba de
la corrupción que existe en la escala más baja de los servicios que presta el
gobierno…en las alturas y relacionado con los grandes negocios no hay coyotes,
solo facilitadores, gestores y profesionales del “lobbyng”.
Los oficinistas
sindicalizados, afanadoras, mensajeros, choferes, telefonistas y recepcionistas
se “abonan” con frecuencia con Doña Mary, la propietaria del changarro en el
que sirven comidas corridas y desayunos económicos…sus ingresos no alcanzan
para mas y en los últimos días previos a la quincena se alimentan de fiado.
Comparto con ustedes la
descripción de lo que experimentan muchos de los burócratas estatales, muchos
de los trabajadores que en estos párrafos se pueden ver reflejados…La muy
limitada percepción que reciben por su trabajo los obliga a ser o hacer lo que
escribí en los párrafos anteriores…Lo hago en este día en el que los medios de
comunicación reseñan el enésimo informe de labores de la dirigente del
Sindicato Único de Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado de Tamaulipas
(SUTSPET).
Responsabilidad del líder
sindical y del patrón, son los raquíticos salarios que perciben los empleados
sindicalizados, los afiliados al SUTSPET.
El tipo de vida que tienen
los burócratas de Tamaulipas, es el indicador más fidedigno de la (in) eficacia
de un liderazgo con dos décadas de ejercer el poder y permanecer en el mando.
Pero en este caso, a
diferencia del SNTE, no se cuestiona la permanencia, ni la eficacia, ni el
daño que le hacen a la institución para la cual laboran.