EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ…
Por Ramón Durón Ruiz
Recientemente los medios han dado cuenta de distintas
donaciones multiorgánicas en Tamaulipas, Guanajuato y otros estados del país,
lo que ha beneficiado y cambiado radicalmente el estilo de vida de miles de
mexicanos.
Donar es un acto generoso de solidaridad, porque no
siempre se hace para un ser querido, sino que la mayoría de las ocasiones se
hace para un desconocido.
Afirma el doctor Martín Arturo Rodríguez Alcocer, que
se pueden donar órganos y tejidos como riñones, hígado, intestinos, corazón,
páncreas, pulmón, ojos, piel, huesos, válvulas del corazón y tendones.
Donar es cumplir con el evangelio de dar amor al
prójimo “pues es un acto sublime de caridad, amor y abnegación”, donar es
compartir vida, es una de esas historias de éxito que se dan en más de 400
hospitales de este país, auspiciado por el Sistema Nacional de Trasplantes, que
valen la pena presumir.
En el acto de donación y trasplantes participa un
equipo multidisciplinario: psiquiatras, psicólogos, tanatólogos,
anestesiólogos, médicos cirujanos y especialistas que ponen toda su ciencia, su
saber y su prestigio para que la donación y el trasplante se convierta en un
éxito, que por una parte dé más calidad de vida al donatario y por otra, a la
familia del donante le deje la íntima satisfacción de dar una segunda
oportunidad a miles de mexicanos que esperan un riñón, una córnea, un corazón,
un páncreas, un hígado; en síntesis una esperanza de seguir viviendo el milagro
del nuevo amanecer.
La familia de los donatarios tienen una doble
tranquilidad emocional: una, el saber que sus seres queridos han cumplido en su
espacio vital la tarea a la que llegaron a esta carnalidad y dos, a través de
la donación cerrar el círculo de amor para sanar el dolor de otros seres
humanos que sin el milagro de la donación, su vida seguiría siendo un auténtico
calvario.
Como mexicano, me siento orgulloso de los directivos y
el cuerpo médico que demuestran que en este país sí se puede, que no sólo se
hacen donaciones y trasplantes en los grandes hospitales del mundo, que aquí
hay un grupo de profesionistas ocupados y preocupados por hacer que la ciencia
médica llegue a todos sin distingos de posición económica, social, política o
credo religioso.
Hoy en día, cientos de mexicano pasan a mejor vida por
la ausencia de donadores, el trasplante es la única esperanza para más de 20
mil mexicanos que diariamente ruegan al Señor porque llegue un órgano que les
salve la vida.
Le invito, estimado lector, a que en un acto de
encogimiento tome la decisión de que al partir a rendir cuentas al hogar
paterno se convierta en un generoso donador de órganos y tejidos -yo
autorizo a mi familia a hacer lo procedente con mi cuerpo-, decenas de vida
pueden ser salvadas, por lo que Juan Pablo II catalogó como “el acto más
sublime de amor”.
Como siempre, concluyo mi comentario con humor, hoy lo
hago con una poesía a la donación de órganos:1
“Yo me propongo al morir,
ciertos órganos donar, que enfermos sin porvenir puedan su vida salvar.
Que mis ojos sigan viendo la
belleza de la aurora, y así seguiré viviendo cuando me llegue la hora.
Si necesitan riñones, tengo
un par en buen estado, y dos potentes pulmones, porque yo nunca he fumado.
Mi corazón donaré y que otro
siga viviendo, yo, por mucho que amé, quiero que siga latiendo.
Para un gran necesitado mi
pájaro será donado, que lo use sin cuidado que está bien acostumbrado.
Que lo ponga a trabajar y
ningún polvo rehúse, que él no se va a gastar por más que se lave y se use.
El cul… ni mencionarlo, pues
corre un riesgo mayor, no me propongo donarlo…pensarlo me da terror.
Qué pasa si un cirujano, con
aviesa intención, se decide a trasplantarlo a un paciente maricón.
Pues es un hecho bien
cierto, lo digo sin vanidad: qué triste que estando muerto, pierda yo la
virginidad.
La perspectiva me aterra, lo
digo sin disimulo, tanto cuidarlo en la Tierra y ya muerto dando el cul…”.
1. Hermosa poesía sobre la donación de órganos. www.mexicoarmado.co/ Temas
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