EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ…
Por Ramón Durón Ruiz.
Hay una frase que me encanta que dice: “Tecnología es
aquello que nos separa de la realidad natural, para introducirnos en una
realidad virtual.”
Antiguamente los grandes descubrimientos se daban cada
siglo, después cada 50 años, posteriormente cada 20, después cada 10 años, hoy,
es tanto el avance de la tecnología y la ciencia, que los cambios se dan día
con día.
En un mundo donde la violencia y el desaliento es el
común denominador, qué importante es encontrarse con buenas noticias; una de
ellas es que acaban de inaugurar en el histórico y bello estado de Guanajuato,
en la Universidad Tecnológica de León, la primera Biblioteca Digital de Espacio
Común de Educación Superior Tecnológica (ECEST), única en su tipo en América
Latina, obra en la que se invirtieron recursos federales y del gobierno del
estado.
La Biblioteca -para sorpresa de miles de
mexicanos que como el viejo Filósofo, somos “A.C.”, es decir, “Antes de las
Computadoras”-, tiene la capacidad de atender a 650 mil usuarios, para quienes
dispone de 39,165 publicaciones en texto completo, 8,813 revistas arbitradas,
1,428 libros y monografías, 57 videos de negocios, y 7,482 publicaciones
periódicas indexadas.
Todo el acervo de esta biblioteca digital de índole
tecnológica, fue seleccionado por los responsables de los servicios de
información de los más de 450 institutos tecnológicos federales, institutos
tecnológicos estatales, universidades tecnológicas y universidades
politécnicas, a los cuales presta este servicio a lo largo y ancho del
territorio nacional.
Qué relevante que en nuestro país se tenga la visión
de estructurar redes de bibliotecas digitales, que tengan lo último de la
investigación académica y científica a la disposición en beneficio de
estudiantes y maestros.
Es importante destacar que este proyecto -que es
una historia de éxito que demuestra que en México sí se puede-, inicialmente
sería desarrollado por el subsistema de Universidades Tecnológicas a iniciativa
del subsecretario de Educación Superior Dr. Rodolfo Tuirán, y finalmente fue
desarrollado por el ECEST.
Otra historia de superación en el ámbito educativo, es
la reciente graduación de 38 alumnos con capacidades diferentes que concluyeron
sus estudios de preparatoria y de Técnico Superior Universitario en la
Universidad Tecnológica de Santa Catarina, Nuevo León.
Este es un modelo educativo excepcional, implementado
por el talento del Coordinador General de Universidades Tecnológicas Ing.
Héctor Arreola Soria, en donde se atiende y brinda todo tipo de apoyos, desde
becas académicas, económicas, equipo especializado, maestro, tutores,
facilitadores expertos en distintos temas…hasta vincularlos con el mercado
laboral.
Este programa es generoso, es una llave maestra que
abre las puertas a la inclusión social y que ayuda a personas con capacidades
diferentes, a potencializar las que poseen.
Es un modelo ejemplar de educación que a la par
atiende la vertiente humana, invita a detonar las facultades de estudiantes con
capacidades diferentes…Jóvenes –en su mayoría de escasos recursos- que
aprovechan la oportunidad que el sistema educativo mexicano les provee, y están
dispuestos a ir más allá de sus límites.
En esta institución, además de desarrollar textos en
sistema Braille, los jóvenes estudian en un aula electrónica en donde todos
tienen su computadora…Me cautiva que existan en nuestro país instituciones como
las Universidades Tecnológicas, cuyos directivos que se dan a la tarea de
promover una educación llena de creatividad, innovaciones, espíritu de servicio
y sin discriminación por capacidades diferentes, ni de preferencias sexuales,
ni de carácter religioso.
Hay una frase que se aplica al entusiasmo y
creatividad con el que se trabaja en México en las Universidades Tecnológicas:
“El principal objeto de la educación no es el de enseñarnos a ganar el pan,
sino en capacitarnos para hacer agradable cada bocado.”
A propósito de educación la
maestra pregunta:
—A ver Filosofito, dime ¿en
qué tiempo está la oración ‘Me estoy casando’?
—En tiempo presente
profesora.
—Muy bien, ahora dime, ¿en
qué tiempo está la oración: ‘Estoy buscando novio’?
—Maestra, pues me parece que
en tiempo perdido.