FRANCISCO GÓMEZ MAZA
*Deshacer y
rehacer.
*Pacto, pero con
todos.
Si
el presidente Enrique Peña Nieto, quiere de veras sorprender al mundo
con lo que su gobierno logrará, tiene ya que equilibrar las cuatro patas de la
mesa mexicana, en las que debe descansar su modelo: el consenso, la ley, la
institucionalidad y la formalidad.
Sólo
así estará en condiciones de armar el marco formal para deshacer los entuertos
de las dos administraciones de derecha, y de los gobiernos priístas del pasado,
y cambiar al país a fin de todos los mexicanos puedan participar en el
banquete.
Lo
que el presidente de la república proclamó este domingo en Boca del Río,
durante la celebración del 98 aniversario de la Promulgación de la Ley Agraria,
puede aplicarse para sus objetivos generales: “queremos un campo (un país)
justo, productivo, rentable, sustentable, que son los pilares que conforman la
orientación que tendrá la política pública del Gobierno de la República para la
trasformación y desarrollo del campo nacional (del país)”.
Sin
embargo, hay focos amarillos en la estrategia presidencial…Peña Nieto tiene que
tener bien claro qué quiere decir, y qué quiere lograr (para sorprender al
mundo) sentado en esa mesa de las cuatro patas.
LO DICE MEJOR QUE YO YURI
SERVOLOV, EN LA CARPETA
PÚRPURA:
El
marco consensual es la “línea”, el consenso, quién manda, quién tiene el poder,
quién decide, cómo se logran los acuerdos, los consensos, las negociaciones…En
este punto, el presidente ha demostrado en muy poco tiempo que sabe cómo
conseguir “pactos” y cómo sacar adelante las reformas…Aunque el consenso sólo
lo haga con los dirigentes de la partidocracia, sin consultar a los actores de
la economía.
El
marco legal es el que establece las reglas del juego, qué se vale y qué no; qué
se puede y qué no; qué está sancionado y qué está prohibido…Cuáles son los
derechos y cuáles las obligaciones…Pero este marco debe ser consensado; es
decir, conocido, estudiado y aceptado por quienes van a ser las víctimas del
mismo; es decir, quiénes van a ser sometidos a esas leyes y ello no está
ocurriendo.
Además, el marco legal debe ser vinculante y debe tener
dientes, a fin de que muerda y se acaben las impunidades…Un
marco legal, sin un marco institucional que lo haga respetar y cumplir, es
letra muerta.
El
marco institucional es lo que está establecido, los usos y costumbres, los
organigramas, las jerarquías, el establecimiento de competencias, la asignación
de recursos materiales, humanos, financieros, tecnológicos y de organización,
entre muchos otros. Pero lo más valioso son los procedimientos.
Sin
embargo, el país no cambiará por una reforma legal o institucional, así
tengamos las mejores leyes e instituciones, o desaparezcamos todas las leyes y
las instituciones, en tanto el país no se alinee a los Cinco Principios
Universales del Desarrollo:
Una
sociedad y un gobierno alineados a principios; leyes universales y permanentes,
que separen bien las reglas de los principios; instituciones y autoridades
fuertes, no autoritarias, invulnerables al chantaje de los grupos de poder y de
interés; no subsidiar la ineficiencia sino la eficiencia, porque lo que se subsidia
se reproduce; mecanismos de redistribución del poder y de la riqueza.
Desgraciadamente,
como lo ha advertido Servolov, no vemos nada de eso en el Pacto por México de Peña Nieto…Por ahí debió de haber
empezado y eso nos preocupa, que se sigan haciendo experimentos con la
república, que se siga jugando al gobierno y el país siga sufriendo y
padeciendo malos gobiernos y políticos que anteponen sus intereses personales,
de grupo o de partido a los intereses superiores de la nación.