Mario
Vargas Suárez
REGRESO
A CLASES…
Ayer lunes los estudiantes de la
Autónoma de Tamaulipas que dirige Enrique Ettiene Pérez del Río, empezaron un
nuevo período de estudios -antes semestre- y por lo tanto la algarabía
estudiantil hacía eco por los pasillos y aulas universitarias.
A partir de ayer, los profesores y
estudiantes universitarios se conocieron mutuamente para abordar la
presentación de los cursos, talleres y laboratorios que señala el plan de
estudios.
Con toda seguridad los profesores de
este período buscarán con su nuevo rector, la introducción de una norma al
estatuto orgánico de la universidad que limite el uso de los celulares dentro
del aula, porque es un distractor radical muy arraigado entre la chamacada.
En agosto pasado, una nota internacional
difundió que un hábil norteamericano se hizo rico -de la noche a la mañana-
porque ideó el equipamiento de un vehículo con un compartimiento para guardar
aparatos celulares mientras los estudiantes están en clase.
El sistema es sencillo y se explicó así:
Los estudiantes dejan en resguardo su aparato de comunicación -celular o radio
localizador- en una camioneta, servicio por el cual, pagan un dólar por día, a
manera de pensión.
El antecedente es que la Universidad de
Nueva York prohibió el uso de celulares y aparatos de comunicación dentro de
las instalaciones…La medida radical se debió a cuestiones de seguridad.
La medida ha dado buen resultado y tanto
la policía interna como el profesorado de la Universidad Neoyorkina, han celebrado
el ingenio de la "Pensión de celulares" porque de esa forma ya no
"hay tentaciones" para los muchachos que abusan del celular.
En nuestro país, incontable número de maestros
de las universidades se han quejado sistemáticamente del uso y abuso de los
celulares dentro de las instalaciones universitarias, ya que lo más común es
que se utilicen en el aula, en los laboratorios y en los talleres.
No han sido pocos los casos en los que
la impertinencia y reto de la juventud, ponga a prueba la paciencia de los
profesores que -dicho sea de paso- se encuentran en el abandono de la autoridad
porque no hay nada normado en el uso de estos aparatos de la comunicación.
Los jóvenes universitarios saben que los
avances de las nuevas tecnologías han llegado a muchos confines y los teléfonos
celulares no han sido la excepción, de tal forma que lo mismo puede enviar y
recibir mensajes, fotografías, videos, escaneos y las infaltables consultas en
internet en tiempo real.
En las clases regulares del aula, el
celular lo mismo sirve para una charla con la pareja o los amigos -dentro o
fuera del salón- incluso los mismos estudiantes confiesan que les sirve para
"sacar" a los amigos o a la novia (o).
La proliferación de los celulares ha ido
muy lejos, de tal forma que hasta los trabajadores más humildes ya cuentan con
uno y no en pocas ocasiones con acceso a internet, sobre todo para los mensajes
sin costo.
El uso responsable del celular nos obliga
a cuestionar sobre la utilidad real de esta tecnología en la vida cotidiana del
usuario y los estudios formales al respecto afirman que muchos de los usuarios simplemente
han contestado que "...sirve para estar comunicados."
En una investigación de las ciencias de
la comunicación, el investigador Jorge Carballar Martínez, asegura que un alto
porcentaje de los usuarios del teléfono móvil no necesita este tipo de aparato,
al no ser requerido en el desempeño de sus labores.
Pese a los medianos, altos y muy altos precios
de los celulares en México, además de lo caro del tiempo aire de las compañías
telefónicas, este mercado ha tenido una gran demanda, expandiendo su consumo en
todas las capas sociales del México de hoy.
Cierro este espacio comentando que según
estudios de la UNAM en este tema -publicados en la Gaceta-, todos los estudiantes
universitarios que llegan a este nivel de estudios traen un teléfono celular
con un costo no menor de un par de miles de pesos y no son pocos los casos de
estudiantes que registran aparatos hasta de más de 10 mil pesos.
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com