¡¡DOS GRANDES GASES!!...
Por Ramón Durón Ruiz
La sabia frase dice: “El
dinero hace hombres ricos, el conocimiento hombres sabios…la humildad hace
hombres grandes”…Los abuelos, son hombres grandes porque en ellos se compendia
la humildad, la sabiduría y la riqueza, que los lleva a disfrutar más el ser que el tener, en
ellos se resume la rica tradición oral de nuestros pueblos; en fin escuela
de natural erudición, saben que la vida es un espacio tan breve como corto
y que los años pasan de prisa, por eso trasmiten a las nuevas generaciones, la
rica herencia de la tradición oral.
Una de las manifestaciones
de la tradición oral, se expresa a través de los remedios caseros, que como
medicina natural alternativa, se han ido transmitiendo de generación en
generación, remedios que nacidos en el tiempo sirven para curar
distintos padecimientos y malestares.
Desde tiempos antiguos en
los que escaseaba el médico y los medicamentos, los remedios se han convertido
en una opción viable y práctica, simplemente porque es la naturaleza al
servicio del hombre…Los remedios populares, han logrado trascender los
entretelones del tiempo por su eficiencia y en la actualidad por los altos
costos de la medicina, incluso alguno de ellos se han convertido científicamente
en medicinas de patente.
El viejo Filósofo cree que
la identidad del ser humano, no se da por el lugar de nacimiento, sino por la
íntima necesidad de integrarse y comprender el lugar en el que se habita, la
capacidad de redescubrir el espacio y con él, la cultura con sus tradiciones
orales, llenas de mitos, ritos, tradiciones y remedios caseros, con los que se
cura el mal de ojo, el empacho, el espanto, el estreñimiento, el dolor de oído,
de cabeza, la inflamación de la próstata, etc.
Para el Dr. Vinay Goyal, en
un padecimiento que afecta actualmente a nuestra población como lo es el virus
de la influenza H1N1 “Los únicos accesos de entrada al virus son las fosas nasales,
la boca y la garganta…Es casi imposible no contagiarse con H1N1, a pesar de
todas las precauciones…El contacto con el virus no es tanto el problema, como
su proliferación.
Mientras usted aún esté sano
y no muestre ningún síntoma de H1N1, a fin de prevenir la proliferación,
agravamiento de los síntomas y desarrollo de infecciones secundarias, siga
estos simples pasos, que se pueden poner en práctica:
1. Lavarse las manos
con frecuencia.
2. Resista la tentación
de tocarse la cara, cualquier parte de la cara, a menos que vaya a comer o
bañarse.
3. Haga gárgaras dos
veces al día con agua de sal tibia (use agua oxigenada diluida, Listerine si
no confía en la sal). H1N1 permanece en la garganta y en la cavidad nasal dos o
tres días después del contagio, y luego muestra sus síntomas característicos…Simples
gargarismos previenen su proliferación.
Las gárgaras con agua de
sal, o agua oxigenada diluida, tienen el mismo efecto en un individuo sano que
el Tamiflú en una persona infectada.
No subestime este simple,
baratísimo y poderoso método preventivo, […aléjese de las personas con gripe o
tos, deben traer CUBRE-BOCAS, al estornudar y toser cubrir su boca con el
brazo, pueden ser portadores de H1N1; No saludar de beso, ni la Paz en las
Iglesias, evitar asistir a lugares concurridos, los aviones, autobuses, etc…están
CONTAMINADOS por falta de ventilación adecuada.]
4. Limpie sus fosas
nasales al menos una vez al día con agua de sal tibia- sonarse fuerte cuando
menos una vez al día y limpiar la nariz con cotonetes humedecidos en el agua de
sal tibia…Es muy efectivo y disminuye la población viral.
5. Refuerce su sistema
inmunológico con alimentos ricos en vitamina “C”…Si toma un suplemento de
vitamina “C”, cerciórese de que también contiene Zinc, que estimula su
absorción.
6. Beba muchos líquidos
tibios, té, café, etc., tanto como pueda…Beber líquidos tibios tiene el mismo
efecto de las gárgaras, pero en sentido inverso…Llevan los virus al estómago,
en donde no pueden sobrevivir, proliferar o causar algún daño.”1
A propósito de médicos,
resulta que una joven mujer llega al consultorio y le dice al médico
principiante:
— ¡Doctor! Quiero que
me cheque, me parece que estoy embarazada.
El joven galeno la revisa, y
le responde:
— No señora, ¡¡Lo que
usted tiene, son dos grandes gases atorados!!
La señora se va y vuelve a
la semana, el médico la revisa y le vuelve a decir:
— Usted no está
embarazada… le repito que lo que tiene ¡son DOS GRANDES GASES ATORADOS!
A los dos años, el médico se
topa en la calle con la señora, la ve con gemelos y le pregunta:
— ¡Señora! ¿Cómo le va,
son suyos esos niñitos?
— Sí, pero para usted
deben ser ¡¡DOS GRANDES GASES ATORADOS!!
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