HAZME DE CENAR…
Por Ramón Durón Ruiz
En su hermoso discurso
“Botella al mar para el DIOS de las palabras”, Gabriel García Márquez dice: “A
mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta…Un
señor cura que pasaba me salvó con un grito: — ¡Cuidado!...
El ciclista cayó a tierra…El
señor cura, sin detenerse, me dijo:
— ¿Ya vio lo que es el
poder de la palabra?...
¡Ese día lo supe!”.1
La palabra es un símbolo
extraordinario de creatividad, tiene poder para que instaures un mundo
espectacular; la palabra es quizás, el mayor oficio del hombre; por ella somos,
por ella crecemos.
Es por medio de la palabra
que se materializan tus pensamientos y emociones, construyendo tu realidad…Si
no te parece como va tu vida, deja de deleitarte en el fracaso, eleva tu alma,
di palabras creativas, de amor.
La palabra utilizada con
bondad, amor, armonía hacia ti y hacia los demás, trae una regocijante paz
interior, te ayuda a crecer, te inspira para ser, hacer y dar más…Hoy si tus
palabras emanan del alma, te sorprenderás al ver cómo el universo acomoda las
piezas del rompecabezas de la vida a tu favor.
Tu palabra tiene
el suficiente poder para erigir o destruir tu mundo…Tu vida depende de la forma como la utilizas; el
secreto es saber que la palabra, con tus ademanes y tono siempre comunica, si
la usas para agraviar o para participar afecto, de ello depende tu fracaso o tu
éxito.
La inercia del ser humano es
la negatividad; por ello no digas ni de broma palabras que puedan agraviar u
ofender a tu interlocutor, porque desconoces su estado de ánimo y no sabes
¿cómo habrá de tomarlas?...
Cuando sabes utilizar
escrupulosamente el don maravilloso de la palabra, te conviertes en un ser
sabio y más fuerte; entenderás que tu éxito está vinculado directamente con el
poder del uso adecuado de la palabra.
Cuando cada mañana te das
tiempo para bien utilizar el arte de la palabra, reconoces que vives en un
mundo holístico, en el que hay una fuerte interconexión entre tu mundo exterior
y tu Divinidad interior; ese vínculo se da con la palabra, que es tu fuente
primaria de amor.
La voz popular dice:
“Leer y hablar bien, es como
besar; quien no lo hace con frecuencia…se le nota en la lengua”.
En la cosmogonía de la vida
eres un ser para la plenitud, nunca hables atropellado por el vértigo de la
prisa, que jamás tus palabras traigan desaliento, aprende a crear algo
espectacular partiendo de ella.
“No hay en la vida tema
grande o pequeño, serio o risible, profundo o superficial que no pueda ser enriquecido
por el poder de una palabra amable, amorosa, atenta, su magia hace que la gente
que venga a ti…se vaya mejor que como llego”.
La palabra es vibración,
es movimiento, es cambio, es trasformación, es una resonancia
magnética perfecta con la que atraes el fracaso y la adversidad o el bienestar
y la armonía.
Te da conciencia cósmica de
tu auténtico poder, te interconecta con la magia del universo; todo parte de
tus pensamientos, actitudes y palabras, a través de ellas creas TU MUNDO.
Hay palabras muy difíciles
de pronunciar: ¡Tú puedes!, ¡perdóname!, ¡te amo! y ¡por favor!...El humor del
mexicano dice que hay: “Otras complicadas de decir cuando estás
borracho: A) Intemperancia, B) Frugalidad, C) Proliferación, D) Cilantro,
E) Irrefutable…Pero existen otras palabras MUY difíciles de decir borracho: A)
Concupiscencia, B) Tecnocrático, C) Discernimiento, D) Gazmoñería, E)
Neurasténico, F) Desoxirribonucleico.
¡Ah!, pero en verdad hay
algunas que son IMPOSIBLES de pronunciar borracho: A) NO Gracias, pero no
quiero hacer el amor contigo, SOY CASADO, B) No, no, no, entiendan que yo ya no
quiero chupar, C) Lo siento mi reyna, pero tú no eres mi tipo…ve con otro, D)
¿Un bocadillo?, No, gracias, E) ¿Dónde habrá un excusado?, Me niego a orinar en
la calle, F) Oh, no, en verdad, es que canto muuuy feo, H) Gracias, pero
no sé bailar, I) Ya me tengo que ir a la casa, tengo que trabajar mañana.
Pero las palabras de más
PELIGROSAS de pronunciar cuando andas borracho:
—Ya llegué, hazme rápido de
cenar...¡‘inche vieja!”…