OCTAVIO
PAZ…
Por Ramón Durón Ruiz
Aristóteles con meridiana claridad afirmó: “Somos lo que hacemos repetidamente…La
excelencia, entonces, no es un acto…Es un hábito.” Hoy el mundo de las
letras celebra el Primer centenario del nacimiento
de un hombre que gozó de la excelencia de la elocuencia y la congruencia, del
excepcional escritor, poeta y liberal Octavio Paz, único mexicano al que se le ha
distinguido con el Premio Nobel de Literatura.
Celebra, porque Octavio Paz es un hombre que nació
para las letras, para que en el prisma de la vida su obra cautive, y trascienda
los entretelones del tiempo.
Su labor escritural se ha convertido en atemporal,
porque es un creador que cautiva por su sencillez para escribir; por su
talento, es imperecedero y con su escritura ha gozado al entablar un diálogo
fecundo que tiene la magia de unir distintas y distantes generaciones.
En el concierto de discursos que aún con los excesos
del presidencialismo mexicano, halagaban al gobernante en turno, Octavio Paz
como pocos liberales nunca claudico a su espíritu de cambio, con un puñado de
valientes mexicanos, casi en solitario enfrentaron el recio autoritarismo; supo
convertirse en la voz de los sin voz, en un valido interlocutor
intergeneracional entre la violencia y el acuerdo.
Con el paso de los años fue protagonista de una vida
liberal ejemplar y de una obra escritural excepcional.
A cien años de su natalicio, a la par que se le
homenajea por un talento escritural sin par, se le reconoce por su capacidad,
valor, integridad intelectual, pluralidad, por sus disensos contra el
inflexible dogmatismo político, por su defensa a la libertad, por su férrea
raíz liberal que lo han convertido por derecho propio en un mexicano universal.
Afirmaba el poeta Gabriel Preil: “La primera línea de un poema es un halcón
que no deja escapar a su presa.” Así es la obra de Paz, con el paso de
los años, nos sigue atrapando en su talento, ágil destreza y suave habilidad
literaria.
La frase célebre
de Nicolás Chamfort dice: “A dos cosas
debe acostumbrarse el hombre so pena de hallar intolerable la vida: a las
injurias del tiempo y a las injusticias de los hombres.”
Para el viejo
Filósofo el trascurso de los años pone a cada quien en su justo lugar,
colocando a Octavio Paz como un modelo de maestro, escritor, poeta, liberal e
historiador, que en el fondo era el eco de la sabiduría de Ireneo Paz, un
amoroso abuelo que le dio impulso a sus alas libertarias .
En los avatares
de su vida, vivió en el mundo y en su patria un siglo de borrascas políticas
–con revoluciones, guerras mundiales y civiles, crisis del socialismo y
capitalismo– a su estilo y
a su forma soñó con recomponer el sentido de la historia.
En palabras de
Enrique Krauze: “…su acercamiento a la
historia, su alejamiento del socialismo, su revaloración del liberalismo y
nostalgia por el orden y, el rebelde. […Hicieron que] en él hubiera una
nostalgia revolucionaria que nunca lo abandonó.”1
Se narran por
cientos las anécdotas que entre escritores se dan, la siguiente cuenta que: “El
escritor Narciso Serra paseaba en cierta ocasión con un amigo
cuando le preguntó:
— ¡Cómo
sin contarme a mí! –contestó el acompañante indignado– ¡Esto es un insulto…!
A lo que el
dramaturgo reformuló la pregunta:
— Bueno,
no te enfades…Vamos, contándote a ti, ¿Cuántos te parece que hay?”2
Para concluir
parafraseo la genialidad del humor que el mexicano posee:
“El sexo es como
escribir o leer, quien lo hace seguido…se le nota en la lengua”
2http://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/cinco-divertidas-anecdotas-de-famosos-escritores www.filosofoguemez.mx