José Luis Castillo Sandoval
*Niños acosadores son
racistas, sexistas y clasistas al haber crecido sin valores…
*Por su edad, no serán
encarcelados involucrados en muerte de Héctor Alejandro…
*Tarjeta de crédito,
calzón chino, poste, columpio y bolita, juegos más “pesados”…
Con una fianza
de setenta mil pesos, obtuvieron su libertad
Zulma Yaneth Marroquín Olvera, Lizbeth Berenice Guerra Álvarez y Arturo
Galaviz Hernández, acusados de abandono de persona y encumbramiento en el
homicidio del menor Héctor Alejandro Méndez Ramírez, víctima de bullying en una
secundaria de Ciudad Victoria, Tamaulipas.
Prófuga de la
justicia, falta por aprehender a la maestra de español, Denisse Serna Muñiz,
probable responsable de homicidio y abandono de persona, la cual de ser
detenida no podría obtener el beneficio de la libertad bajo fianza.
Ismael
Quintanilla, procurador de justicia de Tamaulipas, afirmó: “Los menores de
edad, involucrados en la muerte de Héctor Alejandro, serán puestos a disposición
de un juez pero no serán condenados a penas de prisión debido a su edad”.
De acuerdo a
la ley no se les puede juzgar como adolescentes e internarlos en una cárcel Tutelar
para Menores, dos de ellos cuentan con doce años de edad y los otros dos con
trece años.
Los menores de
catorce años de edad, por ningún motivo pueden ser internados en ese tipo de
reclusorios.
Esta fue parte
de la respuesta del procurador de justicia, Ismael Quintanilla, a Rebeca Ramírez,
madre de Héctor Alejandro, que pidió juzgar a los menores.
Las medidas
contra los menores podría ser orientación, protección y asistencia socio
educativa…Por su edad, tampoco tendrán récord criminal.
Los padres,
también cuentan con responsabilidad y deben poner algo de su parte para evitar
el bullying, Refugio Soto, maestra jubilada, señaló: “Deben checar en su
domicilio que no lleguen con moretones, sin rasguños, que no lloren, si están tristes, se niegan hacer la tarea, no quieren bañarse, no quieren
ir a la escuela, antes estas actitudes algo les pasa, no es normal, deben
acudir inmediatamente a investigar al centro
educativo e informarle a sus profesores en busca de prevenir casos de violencia”.
Los profesores
deben tener más cuidado porque el maltrato no es en la casa ni en la calles es en horas de clase,
recreo y el deber de los maestros es estar vigilando la actitud de los estudiantes,
la disciplina, que todos cumplan con sus obligaciones, no nada más vigilar a
los problemáticos.
Para erradicar
el bullying, el cuidado de alumnos debe ser parejo…Los compañeros que lastiman
a otro lo hacen por considerarlo diferente, según la investigadora Brenda Mendoza
González.
El niño que
ejerce acoso escolar, lastima al inteligente, al bajito, al moreno, al güero,
al que se vista mejor, al presumido, al menos hábil, al flaco o al gordito.
En la elección
de la víctima la intolerancia o discriminación es clave…Los niños acosadores no
sienten dolor ni les causa conflicto lo que están causando al otro son niños
racistas, sexistas y clasistas, todo lo diferente a ellos, lo van a rechazar.
El haber
crecido sin hábitos y sin reglas, hay una sensación de demostrar su poder y
fuerza, especialmente contra quienes consideran diferentes.
No hay prácticas
de disciplina en su casa, es decir el mismo niño puede romper las reglas y no
pasa absolutamente nada.
Los juegos más
“pesados” y comunes en las secundarias son:
Tarjeta de crédito.-
Les bajan los pantalones y ropa interior, para pasarles un libro entre los
genitales y el ano frente a otros compañeros.
Calzón chino.-
Cuando el compañero se agacha, aprovechan para jalar la ropa interior, con la
finalidad de causarle molestia en los genitales.
Poste.-Toman
al niño por las extremidades dejando las
piernas abiertas para golpear sus genitales contra un poste, la esquina de una
pared o en una puerta.
Columpio.-
Toman al niño por las extremidades, lo mecen y después lo avientan contra una
pared o a veces sólo para dejarlo caer en el piso.
Bolita.-Varios
niños tiran al suelo a la víctima, dejando caer sus cuerpos encima de él hasta
que sienta asfixia.
Nos vemos en la otra, si
Dios quiere.