Por Oscar Díaz Salazar
“El error de diciembre” le llamó Carlos Salinas de Gortari a la serie de decisiones y omisiones que ocasionaron la devaluación del peso, a pocos meses de entregar la banda presidencial a Ernesto Zedillo.
Los detractores del duende de Dublín afirman que la economía del país, en los últimos meses del sexenio salinista y los primeros de la era zedillista, estaba prendida con alfileres, endosando con este argumento la culpa de la devaluación al ex presidente de Agua leguas.
Salinas de Gortari se defendió de esta acusación utilizando el mismo argumento de los tecnócratas que fugazmente se hicieron cargo de las finanzas nacionales, al decir: “si estaba prendida con alfileres, para que quitaban los alfileres.”
Me sirve esta historia para hacer una analogía con el tema del tratamiento que le brinda la prensa nacional - impresa, radiofónica y televisión -, al Gobernador Egidio Torre Cantú.
La relación del gobierno estatal de Tamaulipas con la prensa nacional ha estado prendida con alfileres, con alfileres de oro, con las carretadas de dinero que el Rey Salomón y la Princesa de Charcas transferían a las cuentas de las empresas nacionales de la comunicación.
Y eso que cualquier periodista medianamente adentrado en los asuntos de la comunicación social gubernamental entiende, parece que no lo alcanza a comprender el Sr. Guillermo Martínez, quien permitió que se soltaran los muy frágiles y costosos alfileres que sostenían el velo que ocultaba la horrible realidad que vivimos los tamaulipecos.
Y no es que los encargados de la relación con los medios de comunicación, del gobierno estatal, y el propio titular del poder ejecutivo, hayan decidido mostrar la cruda realidad que padecemos los tamaulipecos, no, la descalificación a los que difunden la situación de nuestro estado nos demuestra que en el gobierno quisieran seguir contando con el silencio cómplice de la prensa nacional que si supo comprar el anterior Gobernador.
La andanada mediática contra Tamaulipas, como le llaman los funcionarios tamaulipecos, no la patrocina el presidente Felipe Calderón, ni el Partido Acción Nacional. En esto, como en los desencuentros del mandatario estatal con los trabajadores de la información de los medios locales, la ineficiencia es del sujeto que hoy ocupa, y esperemos que no por mucho tiempo, la oficina de la Coordinación de Comunicación Social del gobierno del estado de Tamaulipas.
La actuación del jefe de prensa del Gobernador Egidio Torre, ha hecho el milagro de recordar con nostalgia a la dupla formada por Mario Ruiz Pachuca y Salomón Rosas, que sin ser unos prodigios de la comunicación, al menos se preocupaban por la tarea que les fue encomendada por su jefe.
En una ocasión me dijo una persona, que no quisiera citar para no causarle problemas, dedicada a la comunicación en las dependencias gubernamentales, que a él lo acusaban por arreglar con dinero los desencuentros y fricciones de las autoridades con los periodistas. Con la experiencia que le dan los años dedicados a ser jefe de prensa de alcaldes, gobernadores y candidatos me dijo: “Esa es la única forma que conozco y creo que no hay otra.”
Esa lección primera, quizás única, no la ha asimilado el individuo que abandonó Ciudad Victoria luego de fracasar en el intento de hacer rentable la empresa periodística que le heredó su padre.
El presupuesto de egresos de la administración gubernamental de Tamaulipas, contempla una partida generosa para comprar los alfileres para apuntalar la imagen del gobierno estatal y del Gobernador Egidio Torre. Eso si lo que se busca es lograr un trato similar al que tuvo Eugenio Hernández.
En lo que a mi respecta, preferiría que la nación y el mundo supieran lo que sucede en nuestra entidad. Quizás si la realidad trasciende logremos que nos brinden un trato similar a Ciudad Juárez, con el multimillonario gasto en inversión social incluido.
Y si el objetivo es que se sepa lo que aquí nos ocurre, no hay porque sentirse agredidos con la descripción – y no ataque – que de nuestra realidad hacen los periodistas del altiplano.
En resumen les puedo afirmar que al Gobernador Egidio Torre Cantú también le hace falta un buen jefe de prensa, pues ya se vio que no puede con el paquete el regiomontano Memo Martínez, causante y responsable del error de abril que ha devaluado la imagen no solo de su patrón, también de nuestro querido estado de Tamaulipas.
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