Por Margarita Argüelles Gómez*
"La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo
indestructible"…Benito Juárez
Después de la II GM se impuso el triunfo de la
democracia como una opción política que ya no tendría retorno. Este fenómeno
coincidió con la ausencia de una disciplina que estudiara los cambios y
comparara sus avances de manera objetiva.
Me refiero a la Ciencia Política, si bien es a
principios de los 50 que se inaugura el primer programa de Ciencias Políticas y
Administración Pública en la UNAM gracias a personajes como Lucio Mendieta,
Emilio O. Rabasa, Raúl Carrancá y Trujillo, Manuel Germán Parra, como lo relata
Víctor Alarcón Olguín (presidente recientemente electo de la SOMEE).
En esa época y hasta los años 70, los estudios que se
hacían desde la ciencia política tuvieron orientaciones sociológicas, con la
finalidad de ofrecer alternativas de políticas públicas que solucionaran los
problemas sociales como la pobreza y el hambre…Era la época de las ideologías y
el antagonismo político, la Guerra Fría y la contracultura de las drogas-sexo-y
rock and roll. Era la época de ideales y grandes transformaciones.
Los gobiernos en América Latina vivieron transformaciones
que hicieron orientar la mirada de personajes como O'Donell y Robert Dahl,
quienes a finales de 1970 inician los estudios de la democracia en América…De
los 50's a los 70's (en 30 años) América Latina tenía 12 de 18 países
democráticos, es decir, sólo 2 no lo eran…Pero en la siguiente década, para
1982, sólo 4 países conservan esa denominación, los gobiernos militares daban
origen al llamado "militarismo" que anuló la participación social y
política con prácticas autoritarias.
Samuel Hungtington, identificó a esas épocas como dos
olas democráticas y una tercera que se inicia en los 90's con la llamada
Primavera Árabe, cuando en el Medio Oriente países como Egipto, Túnez, Siria,
buscaron transitar de gobiernos autoritarios a gobiernos con elecciones democráticas.
La democracia se instala entonces en el mundo como el
sistema triunfante, pero las expectativas de sus más fervientes defensores se
vieron rebasadas casi de inmediato.
La democracia no resolvió los problemas sociales como
la pobreza, educación, salud…Para 1951 la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) había creado cinco comisiones económicas regionales con el objetivo de
ayudar y colaborar con los gobiernos de la zona en la investigación y análisis
de los temas económicos regionales y nacionales.
Las áreas de trabajo escogidas fueron Europa, África,
la región Asia-Pacífico, el Medio Oriente y América Latina. La más reconocida
es la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) con las propuestas de su
secretario el argentino, Raúl Prebisch. ¿Qué estaba ocurriendo, cuántos tipos
de democracia se podían identificar, qué experiencias exitosas había, quién era
más democrático, cuáles eran los referentes obligados?, ¿por qué en muchos
casos se profundizaban las desigualdades sociales y económicas? Preguntas que
se debían contestar desde la ciencia política que para entonces ya pudo
sistematizar muchas de esas respuestas.
Freedom House, Latinobarómetro, The Economist Group,
presentan respuestas desde la economía, con estudios que derivan en indicadores
comparados, de escuelas norteamericanas o europeas, ¿y México? Después de
sesenta años tal parece que sólo se había concretado la Sociedad Mexicana de
Estudios Electorales (SOMEE) hasta ahora presidida por René Valdivieso, que
durante 20 años ha organizado congresos de manera ininterrumpida como el último
celebrado a finales de octubre pasado con gran afluencia de estudiosos de temas
electorales en México.
Lo cierto es que existen organismos internacionales y
regionales que ya congregan a los estudiosos de la política de manera
científica, tal es el caso de la Asociación Chilena (ACCP), Uruguaya (AUCIP),
la Española (AECPA), la Americana (APSA), Argentina (SAAP), Francesa (AFSP),
Brasileña (ABCP) y la que congrega a todas las del continente americano ALACIP.
En este marco: si la Ciencia Política en México
formalmente fue lanzada en 1951, si en el presente hay aproximadamente 65
instituciones académicas que patrocinan licenciaturas, maestrías o programas de
doctorado en Ciencia Política, si hay valoraciones que sitúan la presencia de
los especialistas en Ciencia Política mexicana en alrededor 2,000 a 2,500 y si
actualmente el número de estudiantes que persiguen un grado en Ciencia Política
es de 5,000 ¿Por qué no hay una asociación que los haga converger? Las
respuestas múltiples por lo pronto hicieron patente la necesidad del gremio…Así
pues, nace el 1 de junio pasado la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas
(amecip.org.mx) bajo el paraguas de la Red de estudios sobre Calidad de la
Democracia en México (en el catálogo de redes CONACYT).
La trascendencia de esta asociación está inscrita en
el trabajo comprometido de estudiosos de los fenómenos políticos desde las
ciencias políticas, con fines de investigación, no partidistas ni lucrativos y
con una cualidad más: fuera del distrito federal, donde se ha concentrado la
vida política y científica como tradición histórica.
A más de que la democracia ha cambiado, ahora lo que
está en discusión es la calidad democrática, porque el que un país tenga libertad
a secas ya no satisface, necesitamos que esa libertad sea cada vez mejor en sus
procedimientos.
Si hay elecciones está bien, es lo mínimo de una
democracia, pero que sean libres y transparentes, justas, reguladas y un
etcétera de procedimientos más...sólo que si no identificamos estos déficits no
hay posibilidad de propuestas tampoco.
La AMECIP ya tiene avances, ha logrado sumar a 198
colegas de 25 estados y tiene a cuestas el compromiso de ofrecer un espacio de
estudio, de investigación para la generación de nuevos conocimientos en torno a
la democracia y otros temas de ciencias políticas, que además coadyuven a tener
una democracia de mayor calidad, porque tener elecciones no basta…Al tiempo.
*Politóloga,
profesora-investigadora. margarita.arguelles.gomez@gmail.com