EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ…
Por Ramón Durón Ruiz
Cuando el multipartidismo arribo a nuestra política, hizo disfuncional al presidencialismo mexicano, a la par que trajo una nueva realidad llena de la riqueza de la pluralidad a México, también nos dejó el mensaje que nuestro sistema político requiere cambios profundos.
El presidencialismo, en el que el presidente es jefe de Estado, jefe de gobierno, jefe de las fuerzas armadas y jefe de partido, debe experimentar profundas transformaciones, para que responda a la nueva realidad que reclama la nación. El sistema político mexicano es obsoleto y en algunas regiones nos ha llevado a la ingobernabilidad, impidiendo que el país transite a nuevas etapas de renovación institucional.
No debemos permitir que nuestro sistema democrático pierda credibilidad, porque reducimos su significado a los tiempos de campañas electorales, dejando de resolver las sentidas demandas sociales.
Vivimos en una sociedad contradictoria, por una parte hemos avanzado en la democratización del sistema electoral, por otro lado, nuestra realidad social exhibe polarizaciones inaceptables en un Congreso nacional carente de resultados, que ponen en entredicho a nuestra democracia, cuando es incapaz de proporcionar mínimos de bienestar a las mayorías.
En una época en donde la vigencia de las instituciones, es soporte básico para la viabilidad del estado mexicano, se requiere que los actores políticos estén atentos al rumor social, al sentir de la gente, del grado de inseguridad y la ausencia del Estado de derecho que agravia nuestros sentidos.
La transición a la democracia es un proceso inconcluso, así se manifiesta en seguridad pública, en donde la violencia se enseñorea por muchas regiones, demostrando la ineficacia del sistema político en su conjunto.
Diariamente las noticias dan cuenta de: descabezados, secuestrados, levantones, “topones”, asaltos, extorsiones, que ni en una historia del mago del suspenso Alfred Hitchcock, nos hubiéramos imaginado, pero el viejo filósofo cree “a pie juntillas” que es tiempo que contemos también lo bueno.
Es momento que hablemos de las cientos de historias de éxito, (personales) que gracias a la tenacidad de los mexicanos, se dan por el país: de madres solteras que sacan adelante su familia, de mexicanos con capacidades diferentes que triunfan, de hombres y mujeres que no se dejan vencer por la adversidad.
A nivel institucional, hay innumerables historias para presumir, una de ellas es la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, que con clara visión de futuro creó el Gobernador Javier Duarte de Ochoa, que imparte con éxito, servicios educativos a nivel medio superior y superior, en comunidades con alto rezago educativo.
Bajo la rectoría del prestigiado educador Dr. Guillermo Zúñiga Martínez, ha alcanzado grandes resultados, hasta el momento desarrolla: 150 programas académicos, de los cuales 49 son licenciaturas, 37 maestrías, 12 doctorados, 5 especialidades y 47 programas de capacitación para el trabajo, que benefician a jóvenes y adultos veracruzanos que desean cursar estudios superiores. La institución atiende actualmente a 70 mil estudiantes de 188 municipios del estado.
En la Universidad Popular Autónoma Veracruzana, se apuesta por un desarrollo humano que despliegue capacidades para mejorar la calidad de vida, por eso han llegado a ella miles de amas de casa, obreros, campesinos, taxistas, tablajeros, empleados, algunos de ellos estudiantes de hasta 80 años de edad, que además de mejorar su existencia desean ser ejemplo para su familia.
La universidad, ha logrado que mujeres y hombres, de distinta condición económica, recobren su autoestima y se enfrenten a la vida, mejor preparados. Recientemente el rector fue a los Ángeles a entregar diplomas a 120 migrantes, que llevaron sus estudios en los E.E.U.U.
El veracruzano es un ser lleno del genio de la vida, así se lee en el esplendido artículo de Manuel Ajenjo, cuando escribe que “Humberto Romero Pérez, fue Secretario de prensa del presidente Adolfo Ruiz Cortínez y, poderosísimo, Secretario Particular del presidente Adolfo López Mateos…Poco antes de morir dio a la luz un libro: Los dos Adolfos, [en donde comenta]… Don Adolfo fue candidato a la Presidencia de la República a los 62 años…Sucedería al Lic. Miguel Alemán, que fue Presidente a los 46…La diferencia de edades era notoria, más aun si consideramos lo jacarandoso de don Miguel, que contrastaba con lo austero de don Adolfo…Ávido de saber lo que el pueblo pensaba de él, interrogó a su […médico, amigo y] colaborador […el prestigiado gastroenterólogo] Norberto Treviño Zapata:
— ¿Qué nuevos cuentos o chismes se andan contando por ahí de mí?
— Pues lo de siempre señor -dijo el médico- que si ya está usted viejo, que si ya tiene muchos años, que si ya no...
Don Adolfo lo interrumpió para decirle:
— Bueno ¿me quieren para que los gobierne… o para semental?”