EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ...
Por Ramón Durón Ruiz
El fin de semana próximo pasado tuve el privilegio de ser invitado por Héctor Yunes Landa, a la hermosa, progresista y limpia Ciudad de Boca del Río, Veracruz, a una comida de “Alianza Generacional” en el Word Trade Center.
La comida estuvo presidida por el Gobernador veracruzano Doctor Javier Duarte de Ochoa, que por derecho propio tiene el privilegio de ser no sólo uno de los gobernadores más jóvenes del país, también de los que más respaldo ciudadano tienen, por esa sensibilidad que naturalmente desborda con su oficio político.
Veracruz es un estado altamente competitivo, con una historia llena de trabajo, empuje y dinamismo, donde se goza a más no poder de la magia de su cultura; de la fuerza de sus tradiciones; de los olores y sabores con la que su agradable gastronomía conquista los sentidos; del poder de su vasta infraestructura turística; con el encanto de su música y poesía; el atractivo de sus lugares arqueológicos; su cautivante arte y del generoso paisaje humano que en la entidad se da por doquier.
Dicen los alvaradeños, llenos del genio que la voz popular tiene: “Si es amigo, le hecho flores… Si es enemigo, le hecho madres”, Héctor Yunes, es un amigo muy querido del viejo filósofo que no requiere que le eche flores, él sólo se las gana, porque con su trato cordial y humano, es un sembrador natural de afectos.
Proviene de una familia con amplia solvencia moral, a la que él le ha sumado a base de trabajo y esfuerzo diario, su prestigio político –tan escaso en esta época de crisis.
En mi tierra hay una frase que dice: “He perdido muchos sombreros, pero gorras ni una” y presto fui a comer de “gorra” y ¡que gorra! -para mí, acostumbrado a comidas pequeñas- esta fue una experiencia fascinante, más de siete mil invitados abarrotaron el Word Trade Center.
En mi vida he sido convidado a infinidad de comidas, pero como esta ninguna, no sólo por el número de invitados, también por la calidad de los comensales y la calidez de la amable anfitrionía.
En la mesa en la que estuve –bien atendido por cierto- decían los comensales que había rebasado las expectativas, pues se convirtió en una “Alianza Inter Generacional” en la que convivían políticos de varias generaciones: líderes agrarios, obreros, sindicales, sociales, ex regidores, ex diputados, ex senadores, ex Presidentes Municipales; Legisladores, Presidentes Municipales; Regidores; Síndicos, y un buen puñado de aspirantes a cargos públicos.
Me cautivó –y mucho- que se homenajeara a Gerardo Ortiz, un viejo priísta recién fallecido; reconocimiento que es una lección de lealtad que se contrapone a la memoria cortoplacista de nuestros políticos nacionales, que omiten reconocer el trabajo de quienes han servido a su partido, pero siempre están puestos a homenajear al político en el poder.
Los veracruzanos son extraordinarios políticos, se caracterizan por ser leal, sensible, amigable, cautivadora y brillante –una rara avis en una partidocracia nacional cargada de mediocridad-, saben sembrar amigos a su paso.
Eso explica que el evento estuviese lleno de políticos venidos de toda la geografía veracruzana, desde el Sur de la Cuenca del Papaloapan, pasando por los Tuxtlas, el Totonacapan, la Olmeca, la Montaña, la Huasteca y otros –no políticos como yo, porque yo si trabajo- que llegamos de distintos rumbos de la geografía nacional, a dejar testimonio de amistad con un dirigente natural que aglutina afectos, en torno al liderazgo del Gobernador Doctor Javier Duarte de Ochoa.
En la comida no podía faltar la chispa veracruzana que se manifestó en Rubén Santos Villa “El Jaranero Solitario” quien la ocasión pasada cumplió su sueño de viajar a cantar a Europa y esa tarde lleno de simpatía inundaba el ambiente del ingenio jarocho versificando y diciendo: “Somos tan chingones los veracruzanos, que los palos de escoba los sembramos…y retoñan”
Y apostrofaba cantando unas geniales décimas, entre otras una de ellas dice:
Un carnaval no me olvido,
oigan lo que me pasó:
a un hotel conocido,
una dama me invitó,
le pague lo convenido
y en sus brazos me arrulló,
y me dijo en el oído:
coje lo que Dios me dio;
Pero al quitarle el vestido,
¡Salió más hombre que yo!
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jueves, 19 de enero de 2012
¡SALIÓ MÁS HOMBRE QUE YO!..."COLUMNA"...
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TRES PUNTOS
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15:19
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