HABIA UNA VEZ
Por Everardo Hernández Medrano
El “milagro mexicano”
El Jefe de las Instituciones estaba acurrucado en su cuna, inapetente y deprimido.
La “madrina” que le puso el ex mago de Brasil Lula da Silva en la reunión con los banqueros, no fue para menos. Se sintió muy humillado cuando sus ex amigos los banqueros mexicanos y españoles lo dejaron en calidad de espectador incómodo cuando recibieron al ex mandatario brasileño en su reunión, al que le dieron un tratamiento de “héroe”
En el piso junto a su cuna, había miles de trocitos de la revista Proceso donde venía el siguiente reportaje:
“Cuando Lula llegó, se le rindieron los banqueros; de pie le aplaudieron efusivamente, llegaba otra vez como invitado de honor, cuando en las anteriores reuniones de los consejeros de BBVA no se invitaba a nadie relevante, nacional o extranjero, salvo la presencia siempre del presidente de la República, el secretario de Hacienda y el gobernador del Banco de México (Banxico).
Pero Lula repitió prácticamente lo que dijo en Acapulco. Hasta las mismas anécdotas, como esa de que cuando Brasil le quería pagar completa su deuda al FMI, el principal del organismo le dijo: “No, compañero Lula, nosotros en el FMI no necesitamos plata, puedes quedarte con ella. ‘Pero yo le dije: No, yo quiero quedarme libre de tu dinero, agarra tu dinero”.
Y lo mismo que dijo en Acapulco: “Bueno, la cuestión en concreto es que yo estuve 30 años de mi vida manifestándome, protestando: ‘¡Fuera el FMI!’. Y fue durante mi gobierno que nosotros logramos pagar lo que debíamos al FMI y hoy el FMI nos debe a nosotros, a Brasil, 14 mil millones de dólares”.
Y REPITIÓ LOS DATOS DEL “MILAGRO BRASILEÑO”:
–En sólo seis años la balanza comercial saltó de 60 mil millones de dólares a 200 mil millones: la diversificación de la economía brasileña fue uno de los factores de nuestro éxito.
–Tuvimos el coraje, al principio del gobierno, en 2003, de hacer un severo ajuste fiscal, con un recorte al presupuesto de 14 mil millones de reales, y aumentamos el superávit primario a 4.25% del PIB.
–Cuando llegué a la presidencia no teníamos capital ni para financiar a la industria ni para otorgar créditos. Había crédito en el país por unos 70 mil millones de dólares; hoy hay más de 120 mil millones.
–Durante mi mandato aumentamos los salarios en 62%, muy por arriba de la inflación, y ésta no se disparó.
–En 2005, cuando visité China y veía que ellos tenían reservas internacionales por más de 100 mil millones de dólares, me puse a pensar: “Caramba, el día que Brasil llegue a ese número, será lo máximo. Pues bien, hoy tenemos 360 mil millones de dólares en reservas internacionales, no le debemos nada a nadie y somos acreedores internacionales”.
–En mi gobierno (de ocho años) creamos 15 millones de empleos formales, hicimos 14 universidades federales nuevas y 126 extensiones universitarias; hicimos 214 escuelas técnicas en Brasil, cuando en un siglo se construyeron 140.
–Hicimos que 36 millones de personas subieran a la clase media y que 28 millones salieran de la pobreza.
Y también, como en Acapulco, elogió el éxito de Petrobras, la petrolera estatal del Brasil, que cotiza en Bolsa y es una de las empresas petroleras del mundo, con tecnología de punta.
Y, para no variar, la crítica al manejo de Petróleos Mexicanos (Pemex), que no la dejan crecer, que no le permiten asociarse con privados y que “la tratan como si fuera una vaca sagrada”.
Obviamente, banqueros e invitados festejaron y rieron con la ocurrencia, que no es nueva. Hace dos años dijo: “Pemex es como la Virgen de Guadalupe: no se puede tocar”.
Era cuando insistía –como lo hizo en abril y hoy– en que ambas petroleras podrían asociarse y crear nuevas empresas mixtas para competir mejor en el mundo.
Todo le festejaron al brasileño, que siempre muestra grandes tablas con el micrófono y en los estrados.
Luego de aguantar la “mala leche” de los banqueros, el Comandante Supremo cayó en una terrible depresión que ni siquiera el tequila, lograba hacer mella en su ánimo destrozado por figuras exitosas como ese brasileño.
Pero, caminando de puntitas, llegó Genarito García hasta la cuna y le tocó suavemente el hombro.
-Jefe le tengo una buena noticia.
El Comandante abrió un ojo y preguntó en voz apenas audible:
-¿Qué sucedió?
-¡Señooor! Vengo a comunicarle que después de una larga y audaz labor de inteligencia, la Policía Federal atrapó en Aguascalientes a ese terrible líder del Cartel de la Familia, al que se conoce con el apodo de El Chango.
-Hay Genarito, Genarito…- Exclamó con voz cansada el Presidente de la Seguridad
El policía de policías, se sorprendió por el tono presidencial.
Mira Genarito, yo te agradezco tu entusiasmo, pero ya recibí el reporte de inteligencia y dice que El Chango se peleó con sus compañeros de “La Familia” y huyó de Michoacán, para salvar su vida luego de que lo calificaron de “traidor a la patria”, acorralado, acordó entregarse a la Policía Federal y vendernos toda la información que posee a cambio de impunidad. Por eso no hubo disparos ni enfrentamientos.
El policía de policías estaba más que lívido, porque el Jefe de las Instituciones lo había cogido en falta, más bien en otra de sus fantasías televisivas.
OTRA DE CORRUPCIÓN...
En el Juzgado Segundo de lo Familiar, hay un expediente muy peculiar donde un notario sin escrúpulos, se prestó a realizar una escritura, donde deliberadamente dejó fuera a uno de los herederos. Es una de las tantas prácticas de corrupción que realizan algunos notarios, con tal de llevarse un peso a la bolsa en estos tiempos de crisis.
Pero ya hay una denuncia ante las instancias superiores para enviar al penal a ese notario sinvergüenza, como aquellos del centro y sur de la entidad que están indiciados por prestarse a cambiar de nombre propiedades producto de despojos a víctimas de la delincuencia organizada.
Por cierto las autoridades estatales no han informado nada al respecto. ¿Qué sucedió? ¿Siguen abiertas esas notarias? ¿Los van a sancionar? ¿Es cierto que se mocharon?
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