martes, 24 de abril de 2012

“CATÓN”..."COLUMNA"...

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ...

Por Ramón Durón Ruiz

Algunos de mis amables lectores me escriben preguntándome porqué en mis escritos doy nombres tan raros a los personajes: Calcanio, Ovárica, Simpliano, Virulo, Antálgico, debo confesarle que eso lo aprendí a mi maestro y amigo Armando Fuentes Aguirre “Catón”.

A quien guardo una admiración y un respeto incondicionales; él me ha hecho el honor de prologarme dos obras, yo le he dedicado tres de mis libros, es para mí ejemplo, una lección permanente y muchas enseñanzas abiertas de vida.

He tenido el gusto de asistir a más de una decena de sus amenas conferencias, también he disfrutado el agrado de convivir con él y su talentosa esposa Lulú en varias comidas, ambos saben generosamente sembrar lecciones de amistad.

Uno de los abogados más prestigiados de derecho laboral en el país, Alfredo García Puente, amigo personal de Don Armando, me ayudó con la información para hacer este artículo…Me cuenta que a escasos tres años de edad, Armando sorprendió a su padre deletreando el nombre de la revista Sucesos para Todos, y a los cuatro años aprendió a leer en los libros que su hermano Jorge estudiaba en primero de primaria.

La pasión por la lectura la ha conservado durante toda su vida; la larga lista de libros que Armado ha disfrutado sólo es comparable con el gran número de amigos que a través de su vida ha sembrado.

Armando es el segundo hijo –sus hermanos Jorge, Odila y Carlos– del matrimonio formado por Don Mariano Fuentes Flores, quien prestaba sus servicios como tenedor de libros en los molinos Eureka, y Doña Carmen Aguirre, maestra de teatro, que impartía sus clases en el local que ocupaba una antigua fábrica de sopas de pasta, propiedad del abuelo de Armando, donde se instalaban talleres de teatro y se montaban obras, dentro de las cuales destacaba una denominada “El niño y la niebla”, donde Armando participaba como artista infantil; por lo que puede decirse que su inclinación por el arte y la lectura viene de casa.

No obstante su marcado amor por la lectura y el estudio, desarrollaba las actividades propias de su edad, siempre le ha gustado el béisbol, el cual jugó con sus amigos del barrio en los llanos de la estación del ferrocarril, lugar en el que en ese entonces también se instalaban los circos que llegaban a Saltillo, donde él y sus amigos ayudaban a montar las carpas, a fin de obtener una entrada gratis a la función.

Armando siempre fue un niño ingenioso, a los 10 años para allegarse fondos, organizaba obras que él llamaba de teatro, en las que imitaba a un ventrílocuo de la época de nombre Paco Miller, famoso por sus dos muñecos “Don Roque y Doña Marraqueta”, a los cuales sustituía por muñecos confeccionados por él mismo.

Tenía como “socio” a Miguel Ángel Arizpe Cordero, quien además de encargarse de la taquilla, proporcionaba la casa de sus abuelos, que era donde se celebraban las funciones a las que concurrían numerosos niños del barrio a deleitarse con el ingenio de Armando. 

En la preparatoria, para ayudarse en sus estudios, prestó sus servicios como reportero en el periódico El Sol del Norte, cuyo director Don Carlos Herrera Álvarez, fue el que le dio el pseudónimo de “Catón”, por su erudición y lo atinado en sus censuras.

En esa época laboró como locutor en las radiodifusoras XED y XEKS de Saltillo, donde hizo famoso su programa dominical denominado “Concierto”, nutriéndolo con música de Mozart, Puccini, Verdi y otros, la cual conocía y gustaba desde su infancia.

En 1956, su primo José fuentes García –prestigiado jurisconsulto–, adquirió el primer automóvil Volkswagen que llegó a Saltillo, en el cual se trasladaban hasta siete jóvenes para llevar serenatas a las novias, y uno de los cantantes era precisamente Armando, quien con su alma de bohemio y formidable voz, amenizaba las serenatas, donde en no pocas ocasiones fueron correteados por los perros o los padres de las homenajeadas, teniendo que huir apresuradamente, dejando abandonado a su suerte al propietario del “Vocho”.

Muy joven, fue el único periodista que obtuvo una entrevista exclusiva con el presidente John F. Kennedy; hoy, “Catón” es el único conferencista que ha recorrido todo el país, y con un estilo periodístico excepcional, es el articulista más leído de México en más de 155 diarios, haciendo con su labor, una obra de amor a la vida.

No obstante sus innumerables logros, Armando es el hombre humilde y altruista de siempre, en su querido “Potero de Ábrego” sostiene una escuela primaria, en donde dota de una bicicleta a cada niño, para que pueda trasladarse a la escuela y además, diariamente les proporciona el almuerzo, porque sostiene que para que el niño aprenda, debe estar bien alimentado y no escatima gastos para lograr ese objetivo.

Armando tiene muchos merecimientos como periodista, analista político, conferencista, artista, compositor, catedrático; sus amigos tenemos en él un ejemplo a seguir.

No obstante el éxito que ha alcanzado en todos los renglones de la vida, sólo se ve superado por su gran calidad humana.

Con su característico humor me cuenta que cierta ocasión, llegó a dar una de las más de 150 conferencias que dicta anualmente por el país, la cita era a las 8 de la noche y arribó puntual; atentamente preguntó al organizador:
— ¿Cuánto quiere usted que hable?

— Hable lo que quiera… nosotros nos vamos a las 9.

filosofo2006@prodigy.net.mx/Facebook: filosofoguemez/Twitter: @filosofoguemez

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