*Familia con cinco menores marginada de las bondades
del Programa de la Cruzada contra el Hambre…
*Vive en terrenos del Ex basurero de Altamira sin
apoyo alguno…
Lidia
Rita Bonilla Delgado
URBE
INDUSTRIAL.- La pequeña Abigail cuenta apenas con
un año y medio de edad, asoma su rostro en busca de su madre, tras la puerta
hechiza con yute, fibra de los sacos que utilizan en algunas industrias para
contener materiales diversos y que desechan aun en buen estado, pudiéndolos
adquirir con los recicladores a bajo costo, con este mismo material está hecha
la improvisada casa, junto con algunas laminas de cartón y madera, lugar que habitan
siete personas, desde hace más de dos años; 5 de ellas son menores.
Al verla Abigail corre a los brazos de
Martha Patricia Martínez Castellanos, mientras dos de sus hermanos Cristian
Iván de 8 y José Ricardo de 5 corretean juguetones, ella ignora las condiciones
paupérrimas en que viven, pues ha crecido en ese ambiente y risueña sonríe al
ser cargada en los brazos por su madre.
La paupérrima e improvisada vivienda
esta levantada en los terrenos que alguna vez fueron el basurero municipal de
Altamira y que hoy colinda con algunos sectores de la colonia Los Presidentes.
Por cierto, el sitio fue clausurado a
mediados del 2003, al abrir el relleno sanitario en el ejido Francisco Medrano,
por las autoridades municipales que con el aval del gobierno estatal se
comprometió a sanear las más de seis hectáreas ocupadas por el basurero y
transformarlo en una unidad deportiva, sin que hasta la fecha las posteriores
administraciones de estos dos ámbitos gubernamentales hayan cumplido con abatir
el pasivo ambiental que latente permanece hasta el momento.
En febrero del 2009, el ex basurero fue
reutilizado como destino final de más de 300 toneladas diarias de basura durante
poco más de un mes por el Ayuntamiento a instancias de la
Agencia Ambiental Estatal que clausurara el
relleno sanitario argumentando que éste no cumplía con algunos lineamientos y
estándares, comprometiéndose igual a sanear el espacio donde se depositaron los
residuos de los tres municipios, pero ese compromiso no ha sido cumplido por
autoridad alguna, quedando más bien en el olvido el anuncio de invertir cinco
millones de pesos para habilitarlo como unidad deportiva.
En estos terrenos hoy se levantan como un cinturón
de miseria otras 15 viviendas que junto a la de Abigail, no cuentan con la
anuencia de autoridad alguna, a pesar de que los terrenos ya lotificados han
sido adquiridos en varias ocasiones a quienes aparecen como legitimas
propietarios, los ejidatarios Elvira Corona y Pedro Maldonado, ya que en sus
mejores tiempos eran productivas parcelas del ejido “Villas de Altamira”, mismo
que ha sido absorbido por la mancha urbana y que está a punto de desaparecer.
Regresando con la pequeña Abigail y su
familia que vive en terrenos ilegales, por lo que no pueden acceder a
programa de apoyo alguno de los instrumentados por las diferentes instancias,
incluso están marginadas del tan cacaraquaeado programa contra el Hambre,
decretado por el presidente Enrique Peña Nieto a través de la Secretaria de
Desarrollo Social, tampoco pueden acceder al programa de piso firme.
Cuenta Martha Patricia, que hace poco más de dos años llegaron a vivir al
lugar donde les dieron permiso los ejidatarios, ya que no cuentan con una
vivienda, antes, lo hicieron en la colonia Lázaro Cárdenas en la casa de un
familiar de su esposo Ricardo Saucedo Numa, pero fue vendida y ellos tuvieron
que buscar donde irse a vivir llegando a ese lugar, porque tampoco cuenta con
trabajo.
Narra que están viviendo en el terreno en calidad
de préstamo, ya que tiene varios problemas legales pues al parecer hay varios
dueños y ella está en lo que sería la calle de ser urbanizado…Tienen la
esperanza de que en su momento les ayuden a hacerse de un terreno cuando se
regularicen.
De la brigada contra el Hambre, comenta que
pretendió acceder al de piso firme, porque con las lluvias se inunda su casa,
pero por no contar con documento alguno no fue posible contar al menos con un
pisito, pero ni las peticiones realizados con la diputada Irma Leticia Torres
han sido atendidas, ya que argumentan no hay aun apoyos.
Su esposo comenta trabaja de manera libre para
servicios públicos del municipio, pero se accidento lastimándose un ojo y está
incapacitado al verse afectado por un accidente.
Sin agua, sin luz, sin piso, transcurren los días,
con problemas de desnutrición de los pequeños, la más susceptible es Abigail
que enfrenta el problema de desnutrición, yendo a parar incluso al hospital
Rodolfo Torre, al verse afectada por la contaminación y los escurrimientos que
aun hay.