José
Luis Castillo Sandoval
*Un
nuevo “Fernando Cano” se apodera de obras en nuestra ciudad…
*Desde
el primero de octubre, escogió a sus constructores preferidos…
*Aprendiz
de político se porta mal con quién lo apoyo en la “miseria”…
Desde el primer día de gobierno de la actual
administración municipal un “alma en pena” se dejaba ver, casi siempre en las
oficinas de Obras Públicas en la “Casa del Pueblo”, los visitantes se
preguntaba que hacía en ese lugar, el sabía su cuento y a pesar de las críticas,
todas las mañanas se distinguía por ser el primero en llegar, siempre muy cerca
del encargado.
Al paso de los días, salió a flote la cercanía del
constructor matamorense con José Luis de la Garza Meléndez, titular dela Secretaría
de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue), desde el primero de octubre sería el encargado
de palomear los nombres que debían estar cerca de José Luis, para posteriormente ser los encargados de las
diferentes obras del municipio.
Claro, al aprobarse las obras será el encargado de
recolectar el diezmo para la “realeza”.
El nuevo “Fernando Cano” en Matamoros, Tamaulipas,
ya se encuentra instalado en sus lujosas oficinas ubicadas por la calle González.
Siempre rodeado de funcionarios organiza reuniones a
puerta cerrada.
Y eso que apenas comienza su “reinado” lo ostentoso
se deja ver.
Se acuerdan del arranque de coraje de Sonia Pau García,
donde exhibió las propiedades del constructor Fernando Cano Martínez, ex
colaborador de Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Los celos y la ambición provocaron que la actitud de
la señora Sonia, pusiera sobre aviso a las autoridades para investigar el
origen del dinero del constructor.
De Fernando Cano, se dijeron muchas cosas que residían
en Cancún, luego en España, nunca lo ubicaron.
El gobierno de los Estados Unidos lo requiere pero
no hay ni donde enviarle una notificación.
Nadie sabe de su paradero…Al parecer jamás ha estado
tan lejos.
Sobornos en operaciones comerciales involucran a
Fernando Cano, por medio de su constructora Materiales y Construcciones Villa
de Aguayo, operó una red de corrupción.
En el 2005, cinco millones de pesos provenientes de
recursos públicos son transferidos a una cuenta propiedad de Fernando Cano.
Los Estados Unidos aseguraban que desde 1998, Cano
adquirió gran cantidad de bienes como cuentas bancarias, residencias, vehículos
y aviones en los condados de Hidalgo y
Cameron, Texas por medio de préstamos adquiridos de manera fraudulenta.
Las cuentas de Fernando Cano sumaron alrededor de
siete millones de dólares para adquirir propiedades en Texas.
Fernando Cano de ser encontrado culpable podría
enfrentar cargos por 20 años de cárcel por lavado de dinero y delincuencia
organizada, treinta años por cargos de fraude bancario, diez más por
narcotráfico y cinco más por delitos financieros.
En el 2013, Fernando Cano Martínez, fue ubicado en
el restaurante Gran San Carlos, en San Pedro Garza García, Nuevo León, agentes
de la Interpol le seguían los pasos y gracias a una denuncia ciudadana lo iban
a detener.
La suerte estaba de su lado, por escasos diez
minutos de diferencia Fernando Cano, logró escapar en un auto compacto.
Cuentan los que saben, Fernando Cano se divertía
alegremente celebrando un año más de vida.
La misma suerte podría correr el nuevo “Fernando
Cano” en Matamoros.
Por lo pronto, ya empezó la recolección de
“cochupos” entre los constructores y espera con ansia el presupuesto para más
obras municipales.
En el 2015, con mucho interés esperaremos la opinión
de los matamorenses.
Lo bueno de esto es que todo volverá a quedar en
familia.
Para robar tan bueno es el azul como el colorado.
DE
ESTO Y LO OTRO…
A menos de treinta minutos de Apatzingàn, Michoacán,
Los Caballeros Templarios contaban con su “privado” centro de diversiones donde
Jenny Rivera y Ninel Conde, se caracterizaron por haber sido las reinas de “La
Fortaleza de Annunaki”.
A los Caballeros Templarios, poco les importaba que
un batallón de militares se encontrara instalado en Guanajuatillo a solo un kilómetro
del rancho.
Asistían a divertirse Nazario Moreno “El Chayo”,
Servando Gómez “La Tuta”, Enrique Pancarte, Francisco Galeana “La Pantera,
entre otros importantes delincuentes.
En “La Fortaleza”, había un palenque para pelea de
gallos con un cupo para mil personas y un casino donde se divertían al ritmo de
música norteña y mariachis.
La entrada costaba dos mil pesos.
Los Templarios evitaban a toda costa el ingreso de
civiles, si alguno lograba evadir la seguridad, era secuestrado y después
asesinado.
En nuestra ciudad, un empleado se queja de un
encumbrado político que ahora le cobra por hacerle favores en su empresa.
Hace tres años, no tenía ni para comer.
Yo le servía de la mano y le ayude a salir adelante,
comenta.
Actualmente, demuestra otra cara que nada tiene ver
con su persona.
Les voy a dar un tip: Se promociona en la política
para incursionar en las grandes ligas.
Los puentes son sus favoritos…
Nos
vemos en la otra, si Dios quiere...