¡FELIZ DÍA DE LA MADRE!...
Felicidades a todas las Mamás en su Día.
Por Ramón Durón Ruiz
Para el viejo Filósofo MAMÁ
es un Ángel de DIOS “Una mujer que te ama más que a ella misma, aún antes de
conocerte…Que durante nueve meses te lleva en su vientre, en su corazón durante
toda la vida y en su alma… ¡Para la eternidad!”
Este viernes tuve el honor
de ser invitado por LA CASA DE LA FAMILIA, en el gimnasio Burton E. Grossman
del IEST, en el puerto de Tampico a dar una conferencia, desde ahí rendí
homenaje a todas las madres, las presentes y las que partieron a rendir cuentas
al Hogar Paterno.
LA CASA DE LA FAMILIA, es un
espacio que la Iglesia Católica ha diseñado para ayudar a las familias a
superar sus crisis de relación, entre los servicios que ofrece están: Terapia
conyugal, Servicio de Mediación y Conciliación para mejorar su comunicación y
la dinámica de la vida matrimonial y familiar.
Terapia familiar, para
ayudar a las familias a encontrar nuevas alternativas que favorezcan su
dinámica relacional y la comunicación entre sus miembros, creando un ambiente
armonioso que coadyuve a la formación de mejores personas, terapia para niños
que han sido afectados por crisis familiares, etc.
Quienes integran LA CASA DE
LA FAMILIA saben que llegaron a esta vida a servir, no a ser servidos, en esta
época de crisis de valores, son una lección de solidaria generosidad con el
prójimo.
Así es una
Madre, una obra maestra de DIOS, un ser espectacular, un guerrero incansable,
una mujer invencible que se prodiga en dar amor incondicional, la mujer más
grande y bella del mundo, sabia por derecho propio que al descifrar los
misterios de la vida sabe dar con el alma y escuchar con el corazón.
El viejo Filósofo en su rural entender sabe que “DIOS es muy grande, pero
como no puede estar al mismo tiempo y en todas partes a la vez… creó a las
madres.” Por eso nada hay en el universo que iguale su amor.
Mujeres espectaculares que
saben darse a sus hijos y a su familia a plenitud, en la totalidad, sin esperar
recompensa, su impulso de fe es tan grande, su amor primario es tan sustantivo
que al amamantar al bebé y “mover la cuna, mueve a los hombres que dirigen al
mundo.”
En el diario de nuestra
vida, el Día de la Madre es muy significativo; en la página dedicada a ella
dice que una madre encarna los más generosos dotes que Dios puede obsequiar a
un ser humano, en ella se sintetizan todas las bondades, se concentran todos
los dones: amor, esperanza, amistad, ternura, indulgencia, tolerancia, luz
divina, paciencia, felicidad, tranquilidad, protección, cariño, entrega, fe,
perdón, perseverancia, tenacidad.
También se concentran todas
las profesiones y vocaciones con las que le da sentido a la vida: es psicóloga,
entrenadora, enfermera, doctora, costurera, pacifista, chef,
terapeuta, maestra, amiga, chofer, administradora, consejera, y todas las
demás.
Lo primero que un niño hace
es sonreír a la vez que pronunciar la palabra “MAMÁ, vocablo que es tan
poderoso, el primero que en la vida sale con amor de la boca del rico o el
pobre, el sabio o el ignorante, el poderoso o el débil.”
Una madre, con su magia de
vida hace que rinda el dinero en casa, pone el pan de cada día en la mesa,
surte los útiles escolares, inculca fe, enseña a gozar la vida a plenitud, a
dejar de lado los agravios, a sentirte ricamente acompañado en la soledad y
feliz en la salud, a disfrutar el éxito tanto como los errores para ser un
hombre de bien.
Una madre doblega a las
fuerzas del mal, es la máxima manifestación de amor en la naturaleza, tiene la
sapiencia de la vida y concentra la armonía del universo en su corazón. Cuando
la carga de las adversidades te conduce a querer desfallecer, ella siempre
tiene un hombro para que llores y tiempo para darle aire a tus alas e
impulsarte a creer en ti mismo y volar en libertad.
Amorosamente, desde su
lugar, una madre con su sentido de vida cuida –sin invalidar– de
sus hijos, al fuerte y al débil; al grande y al pequeño; al triunfador y al
derrotado; al casado y al soltero; su abrazo, siempre es la más amorosa fuente
de bienestar, el regazo más afectivo sobre la tierra, un poder que da ánimos
suficientes para saber que lo mejor está por llegar, no desfallecer y a pesar
de densos nubarrones de los tiempos de la vida… ¡Seguir adelante!
La genialidad del humor de
Quino expresada a través de Mafalda dice:
“–– Mamá ¿Pero, por qué
tengo que hacerlo ya?...
–– Por una sencilla
razón: ¡¡Porque te lo ordeno yo que soy tu madre!!...
–– Si es cuestión de
títulos yo soy tu hija…¡¡Y nos graduamos el mismo día!! ¿O NO?”…
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