jueves, 28 de agosto de 2014

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ…¿CUÁNTO ME DAS SI TE DIGO LA VERDAD?...



¿CUÁNTO ME DAS SI TE DIGO LA VERDAD?...

Por Ramón Durón Ruiz
Arland Ussher afirmaba: “El humor es el sentido del absurdo, que no es otra cosa que la desesperación que se niega a tomarse en serio a sí misma”.

El viejo Filósofo se pregunta ¿Para qué vivir la existencia llena de hiperseriedad, tomando la vida demasiado en serio?...si en serio o en broma…¡como quiera nos va a cargar la huesuda!...

Este campesino se niega rotundamente a vivir en un mundo colmado por la hiperseriedad, que además de dejarme un mal sabor de boca, a mí y a quienes me rodean, cancela mi armonía y natural crecimiento, a la vez que apaga el fuego de mi alma, inhabilitando la siempre sana alegría con la que recibo el milagro de la nueva jornada.

El tiempo me ha enseñado que la fuerza del sentido del humor, es el camino por el que me reencuentra con la cálida pasión por la existencia, para reconocer mi humana fragilidad, para saber de la temporalidad de los bienes, los dones, las personas y las cosas, reconociendo que en esta vida lo único permanente es el cambio, además el poder del humor me da una visión ennoblecida de la rica policromía del universo.

El buen sentido del humor tiene ese toque de vida, que edifica la casa de la felicidad, logrando en tu vida un excepcional equilibrio físico-psíquico-espiritual, que te lleva a creer en ti y a conservar una actitud propositiva frente al duelo o la adversidad, que te ayuda a reír con los problemas, bailando y cantando con ellos…¡como si nadie te viera o te oyera!...

Cuando llega la alborada, después de elevar de hinojos tus plegarias, si te das permiso de sonreír frente a la imagen del PADRE, reinicias tu camino de evolución espiritual soltando lastre, tirando viejos y nuevos agravios, como si fuese un sortilegio debilitas la timidez, en automático llega a ti una elevada autoestima, que te lleva a reconocer uno a uno los milagros y la belleza inacabable de la vida.

Lo anterior lo traigo como referencia debido a que dos queridos amigos se me adelantaron a rendir cuentas al hogar del PADRE.

Hace meses falleció el Arq. Armando Jiménez, el de la Picardía Mexicana, (se hicieron libros, películas y obras de teatro) un hombre maravilloso que hacia juegos malabares, verbales con el “Gallito Inglés”; y recientemente el genial Marco Antonio Flota, ambos plenos de ingenio, referentes obligados en el humor pícaro, sano, irreverente y revolucionario del mexicano.

Un día el Gobierno del Distrito Federal decidió hacerle un reconocimiento, a Armando Jiménez, entregándole una medalla en una sesión solemne, al hacer uso de la palabra, me contó –en una mesa de la cantina más antigua de la Ciudad de México–, como fue el inicio de su discurso:
–– ¡Señoras y Señores!, aunque soy coahuilense de nacimiento, pero soy Defeño de corazón, he pasado la mayor parte de mi vida en Tlalpan de mis amores; al recibir este reconocimiento les pido se pongan de pie –en automático todos se pararon, los cientos de invitados de sus asientos– en el anverso de la medalla que inmerecidamente me han entregado –continuó pícaramente Armando Jiménez– dice: “Medalla al Mérito Cívico Gobierno del Distrito Federal” por el reverso está el “Gallito Inglés”…¡SIÉNTENSE!...

Esa genialidad acompañó también a mi amigo el yucateco Marco Antonio Flota, dueño de una inmediatez para lubricar las palabras, dejó claro testimonio de sus éxitos durante más de cuatro décadas como guionista de TV, escritor de libros y articulista…En su columna “Domingrillo” publicó:
–– “¡RRRRRRRIIIIIINNNNNGGGG!
–– ¡Bueno!, Presidencia Municipal
–– ¡Oiga!, ¿Es cierto que el Presidente pide mordida en licitaciones de obras y en compras?...
–– ¿Cuánto me das si te digo la verdad?...”

Contador de visitas...

ESCUADRA Y COMPÁS

ESCUADRA Y COMPÁS